El cuidado de la piel es necesario todos los días del año, pero en invierno debemos prestar especial atención a la piel de nuestros hijos debido a las bajas temperaturas₃. El viento, el frío y la calefacción pueden producir problemas en la piel de tus hijos como picazón, irritación o sequedad. Por tanto, hoy te contamos cómo cuidar la piel de tus hijos en invierno.
Mantener a nuestros hijos abrigados en invierno es imprescindible para protegerlos del frío. Sin embargo, a veces no utilizamos los tejidos adecuados o tendemos a sobre abrigar a nuestros bebés sin tener en cuenta que muchos de ellos van dentro de un cochecito, lo que puede generar un aumento de la temperatura corporal.
Vestir a nuestros hijos por capas. En el caso de los niños que caminan deben llevar la misma ropa que un adulto. Para asegurarnos que están completamente abrigados, un truco es vestirles como mínimo con tres capas: una prenda interior ajustada, la segunda un poco más suelta y la tercera, con una talla más grande de lo normal, fabricada con materiales impermeables. Si se trata de un bebé, debe tener una capa adicional, que le permitirá estar bien abrigado aunque tengamos que cambiarle el pañal.
Debemos proteger las extremidades y la cabeza de los niños durante el invierno. No debemos olvidarnos de los gorros, guantes y bufandas para proteger las zonas donde la piel no está resguardada del frío y del viento.
Prendas transpirables y de algodón. Los niños pequeños tienen la piel mucho más sensible que los adultos, por eso es fundamental que evitemos cualquier tejido sintético o prendas de lana que puedan irritar su piel. Preferiblemente deben ser prendas cómodas, de algodón y transpirables.
Comprobar la temperatura corporal con regularidad. Los bebés menores de 12 meses son más susceptibles al frío debido a que guardan con mayor dificultad el calor. De la misma forma, puede suceder que el bebé esté demasiado abrigado y aumente su temperatura corporal. Por eso, debemos revisar su piel con regularidad y cubrirlos con una capa adicional o cambiarlos de ropa si fuese necesario.
La piel, mejillas y labios son las partes del cuerpo que más sufren los cambios de temperatura y tienden a descamarse. Por eso, es necesario que mantengamos estas zonas bien hidratadas con lociones hidratantes y vaselina aptas para su tipo de piel. En el caso de los recién nacidos, la piel suele ser muy delicada y sensible por lo que una opción ideal es utilizar cremas hipo alergénicas, elaboradas con ingredientes naturales y sin ningún tipo de perfume para evitar irritaciones o eczemas. ₅
Además, debemos usar cremas con protector solar antes de salir de casa, ya que aunque aparentemente no haga sol, la radiación ultravioleta no entiende de estaciones y también puede quemar y dañar la piel de los más pequeños. ₆
A la hora del baño, debemos mantener una buena higiene corporal para eliminar los restos de suciedad y sudoración. El agua no debe ser muy caliente, aproximadamente a 35 grados y que los baños no superen los 15 minutos. También es importante usar geles delicados, aptos para bebés o niños, que no sean agresivos y respeten el Ph de su piel. ₄,₇
Una buena alimentación es la base para que nuestros hijos se mantengan saludables. Con la bajada de temperaturas en invierno, el sistema inmunitario se debilita y se produce una disminución de las defensas naturales de nuestro cuerpo dejando la entrada libre a organismos patógenos que pueden causar enfermedades. Una dieta cargada de antioxidantes y vitaminas como las acelgas, espinacas, calabacín, zanahoria, patata o los cítricos como la naranja o las mandarinas mantienen nuestro sistema inmunológico fuerte y sano y también son muy recomendables para tener una piel sana e hidratada.