Fiebre en niños: ¿Qué hacer y qué no hacer?
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La llegada de un recién nacido a casa es un momento emocionante, pero también puede generar muchas dudas, especialmente en los padres primerizos. Desde la alimentación y el sueño hasta la higiene y la seguridad, hay muchos aspectos a considerar para garantizar el bienestar del bebé en sus primeros días de vida. Aquí encontrarás una guía práctica sobre los cuidados esenciales para tu bebé.
La alimentación es una de las primeras preocupaciones. Durante los primeros meses, la leche es el alimento exclusivo del bebé, ya sea a través de la lactancia materna o de fórmula infantil.
• Lactancia materna: Es la mejor opción para alimentar al bebé, ya que aporta todos los nutrientes necesarios y refuerza su sistema inmunológico. Es importante ofrecer el pecho a demanda, es decir, siempre que el bebé lo solicite.
• Fórmula infantil: En caso de que la lactancia materna no sea posible, la fórmula adaptada es una opción segura. Sigue siempre las indicaciones del pediatra para preparar las tomas adecuadamente.
La piel del recién nacido es delicada, por lo que su cuidado debe realizarse con productos específicos para bebés y con técnicas suaves.
Los primeros baños pueden hacerse 2 o 3 veces por semana con agua tibia, hasta que el cordón umbilical haya caído y cicatrizado. Utiliza jabones neutros y suaves durante el baño. Cambia el pañal con frecuencia para evitar irritaciones, limpiando el área con agua tibia o toallitas específicas y aplicando crema protectora si es necesario.
El cordón umbilical debe mantenerse limpio y seco hasta que se caiga, lo cual suele ocurrir dentro de las dos primeras semanas de vida. Es importante limpiar la zona con alcohol o clorhexidina según las indicaciones del pediatra, evitar cubrirlo con el pañal para permitir que se airee y consultar al médico si aparece enrojecimiento, mal olor o secreción.
Los recién nacidos duermen la mayor parte del día, con despertares frecuentes para alimentarse. Suelen dormir entre 16 y 18 horas al día. Es importante colocar siempre al bebé boca arriba para dormir y utilizar una cuna con un colchón firme y sin objetos como almohadas o juguetes, para prevenir riesgos asociados al síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL).
La ropa del recién nacido debe ser cómoda, transpirable y adaptada a la temperatura ambiente. Opta por prendas de algodón suaves que no irriten la piel del bebé y evita sobreabrigarlo. Una buena regla es vestirlo con una capa más de ropa que la que tú llevas para sentirte cómodo.
La piel del recién nacido es muy sensible y propensa a irritaciones. Es fundamental cuidarla con productos hipoalergénicos. Hidrata la piel con cremas específicas para recién nacidos si notas sequedad, protege su piel del sol directo y evita el uso de productos con fragancias fuertes o ingredientes agresivos.
Durante los primeros días, limita las visitas para proteger al bebé de posibles contagios. Pide a los visitantes que se laven las manos antes de tocar al bebé y evita que personas con síntomas de resfriado u otras enfermedades se acerquen al recién nacido.
Es importante saber cuándo consultar al pediatra. Busca ayuda médica si el bebé presenta fiebre superior a 38°C, pérdida de apetito o dificultad para alimentarse, llanto inconsolable, irritabilidad extrema o ictericia (color amarillo en la piel o los ojos) que se extiende o empeora.
Los primeros días con un recién nacido pueden ser desafiantes, pero también están llenos de momentos únicos y especiales. Con paciencia, atención a sus necesidades básicas y orientación del pediatra, puedes asegurarte de que tu pequeño esté saludable y seguro. Cada bebé es único y los padres necesitan tiempo para adaptarse a esta etapa tan maravillosa. ¡Disfruta del viaje!
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