La rinitis es una condición común en la infancia que consiste en una inflamación de la mucosa nasal, causando síntomas como congestión, estornudos, picor de nariz/ojos y secreción nasal. Es importante entender las diferencias entre la rinitis alérgica y la no alérgica para proporcionar el tratamiento adecuado. En este artículo, exploraremos las causas, síntomas y opciones de tratamiento para la rinitis en niños.
Las rinitis pueden tener origen alérgico o no alérgico. Por tanto, es importante conocer sus causas y qué se puede hacer para prevenir el desencadenante de los síntomas. Además se suelen clasificar por su duración, distinguiéndose en rinitis intermitentes, con un periodo de duración de menos de 4 días a la semana en menos de un mes, persistentes cuando se presentan por más tiempo y rinitis crónica cuando los síntomas se prolongan por más de un mes.
A nivel mundial, aproximadamente un 20% de niños sufre rinitis alérgica1. Es una reacción del sistema inmunológico a alérgenos presentes en el aire, como el polen de las plantas, ácaros del polvo, moho o pelo animal. Estos desencadenantes provocan la liberación de histamina, que a su vez causa inflamación y producción excesiva de moco en la nariz. Esta forma de rinitis es más común en niños con antecedentes familiares de alergias.
A diferencia de la rinitis alérgica, la rinitis no alérgica no está relacionada con una respuesta inmunológica a alérgenos. Sus causas son diversas y no son específicas pero podrían ser causadas por factores como irritantes químicos, cambio climático, algunos medicamentos o infecciones virales. La causa más frecuente es el resfriado común. En algunos casos, la rinitis no alérgica puede ser crónica y persistir a lo largo del año.
Independientemente de si es alérgica o no, la rinitis en niños comparte síntomas similares, que incluyen:
Congestión nasal
Estornudos frecuentes
Secreción nasal, que puede ser transparente o tener un color más espeso si hay infección presente
Sequedad nasal
Picor o irritación en la nariz y garganta
Distinguir entre la rinitis alérgica y no alérgica es crucial para determinar el enfoque de tratamiento adecuado. Si los síntomas persisten o empeoran a pesar de las medidas tomadas, es recomendable consultar a un pediatra o especialista en alergias.
El tratamiento para la rinitis alérgica se centra en evitar los alérgenos que desencadenan los síntomas.
Si el niño tiene alergia a los ácaros, se deberá tener una escrupulosa limpieza semanal en el hogar con lavados a alta temperatura, ya que los ácaros pueden sobrevivir en agua tibia. Otras recomendaciones son utilizar ropa de cama especial como fundas de almohada y colchones antiácaros y evitar alfombras o moquetas que contienen una gran concentración de ácaros.
En el caso de alergia al polen, se pueden tomar medidas como mantener las ventanas cerradas en días de alta concentración de polen. Además, es posible que el alergólogo pueda recetar antihistamínicos y corticosteroides nasales para controlar los síntomas.
El moho crece en zonas húmedas de la casa, como puede ser la cocina, el baño o sótano. Si tu hijo es alérgico al moho, es imprescindible tomar las precauciones necesarias para evitar su crecimiento como ventilar y limpiar estas áreas con frecuencia y considerar el uso de deshumidificadores, sobre todo en zonas con climas de mucha humedad.
El pelo de los animales como perros o gatos, es difícil de tratar. Las personas alérgicas a la caspa animal, deben tener especial cuidado en no dejar que entren en zonas como el dormitorio y mantener una limpieza diaria.
En el caso de la rinitis no alérgica, el tratamiento se enfoca en aliviar los síntomas. En los casos leves, evitar los irritantes conocidos, como el humo del tabaco o productos químicos fuertes puede ser suficiente. Sin embargo, en los casos más molestos, es posible que el pediatra pueda recetar algunos descongestionantes nasales o atomizadores nasales a base de soluciones salinas para aliviar los síntomas. Además el ácido hialurónico ha demostrado ser un eficaz aliado frente a este tipo de afecciones dado que restaura el correcto funcionamiento de las fosas nasales2.
El ácido hialurónico es una sustancia presente en nuestro cuerpo de forma natural, y que se encuentra presente en las mucosas nasales3. Su capacidad para la retención de agua le confiere una propiedad hidratante y reparadora ideal cuando tenemos sequedad nasal, rinitis a causa de procesos alérgicos y afecciones nasales postcirugía. El ácido hialurónico fue descubierto por primera vez en 1934 y su evidencia científica en diferentes áreas está estudiada, como es el caso de las afecciones de las fosas nasales4.
En resumen, la rinitis en niños puede ser alérgica o no alérgica, cada una con sus propias causas y enfoques de tratamiento. Entender la naturaleza de la rinitis es esencial para proporcionar el cuidado adecuado y mejorar la calidad de vida de los niños afectados.