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Con la llegada del frío, los resfriados, virus y la tos se hacen más presentes en nuestra vida cotidiana. Aunque en su mayoría la tos es un síntoma de afecciones leves, puede generar preocupación entre los padres. En este artículo, exploraremos los distintos tipos de tos que pueden afectar a los niños y cómo podemos abordarlos de manera efectiva..
La tos es un mecanismo de defensa para expulsar la mucosidad o partículas irritantes, que puedan estar obstruyendo los conductos respiratorios. La presencia de moco en el sistema respiratorio es un fenómeno normal, no exclusivo de las enfermedades. El moco es movido constantemente por los cilios y el flujo de aire hacia la garganta, donde se traga de manera inconsciente. Sin embargo, cuando este proceso natural no es suficiente para despejar las vías respiratorias, la tos entra en acción. Este reflejo se activa para desobstruir los conductos respiratorios, permitiendo la expulsión efectiva de moco o cualquier elemento extraño que pueda estar causando una obstrucción.
La tos en niños puede deberse a diversas causas, siendo las infecciones de las vías respiratorias superiores una de las más comunes. Los pediatras determinan la causa subyacente de la tos analizando sus características, sonido, circunstancias de aparición y duración, junto con la historia clínica y la exploración física del paciente. En algunos casos, puede presentarse una tos inespecífica, sin una causa conocida. A continuación, se describen varios tipos de tos, sus posibles causas y enfoques de tratamiento:
Tos productiva con flema: Este tipo de tos se caracteriza por la presencia de moco o flema en las vías respiratorias. Es común en infecciones respiratorias como bronquitis o neumonía y puede ser causada por bacterias o virus. La presencia de secreción mucosa indica que el cuerpo está tratando de expulsar los agentes infecciosos.
Es importante mantener una buena hidratación para fluidificar las secreciones y facilitar su expulsión. Es importante, acudir al pediatra y en ningún caso cortarla con tratamientos o jarabes que no estén prescritos, ya que la mucosidad puede quedarse retenida provocando una mayor obstrucción de las vías respiratorias.
Tos seca: Esta tos, que no produce flema, puede ser causada por inflamación o infección en las vías respiratorias, a menudo se desencadena por alergias o irritantes ambientales. Es común al inicio de los resfriados o como síntoma de una alergia o rinitis. La tos seca puede ser persistente y molesta para el niño. Al no ser una tos productiva, suele tratarse con jarabes (en niños mayores de 2 años) o remedios naturales (a partir de 1 año) como leche con miel o humidificadores que ayuden a mitigarla. En ambos casos, siempre bajo prescripción del pediatra.
Tos con sibilancias: Este tipo de tos se asocia con inflamación o estrechamiento de los bronquios, como en casos de asma, bronquiolitis o alergias. Se caracteriza por un sonido silbante al espirar y usualmente no va acompañada de secreción mucosa. Es importante prestar atención a este tipo de tos y acudir con urgencia al médico, ya que puede indicar un problema respiratorio que necesita atención médica y se pueden requerir broncodilatadores o inhaladores prescritos por un profesional.
Tos ronca o "de perro": Esta tos se origina por una inflamación o infección viral en la laringe o tráquea. Suele ser muy dolorosa y produce un sonido agudo y afónico, que es similar al ladrido de un perro. Es importante distinguirla, ya que puede requerir tratamiento específico que debe ser valorado por el pediatra.
Tos ferina: Causada por la bacteria Bordetella pertussis, la tos ferina comienza con síntomas de resfriado común y luego progresa a una tos seca intensa. Es especialmente peligrosa en bebés o niños pequeños y debe ser atendida con urgencia y en algunos casos se requiere tratamiento con antibióticos.
Tos irritativa: Esta tos es provocada por infecciones leves o agentes irritativos. Se caracteriza por generar picor en la garganta y suele ser de corta duración. Aunque molesta, no suele ser grave y suele manejarse evitando los desencadenantes y manteniendo un ambiente limpio y libre de humo.
En todos los casos, es esencial una valoración médica para determinar la causa de la tos y el tratamiento más adecuado. Los remedios caseros, como la miel (para niños mayores de un año), pueden aliviar la tos leve, pero no deben reemplazar el consejo médico.
Recuerde siempre consultar a un profesional de la salud ante cualquier preocupación o persistencia de la tos en su hijo. La atención temprana puede prevenir complicaciones y garantizar un tratamiento eficaz y oportuno.
ES-NP-2400001
Fecha de revisión: 15/01/24
Referencias:
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