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Si hay algo que caracteriza a los profesionales de la salud es su dedicación y entrega por la salud de sus pacientes. Sin embargo, en algunos casos, esto puede tener consecuencias negativas para su salud mental debido a las largas jornadas de trabajo, el impacto emocional y el nivel de exigencia laboral al que se exponen. Estrés, ansiedad, agotamiento mental, cansancio crónico o sentimientos negativos son algunos de los síntomas que padecen los profesionales de la salud derivados del síndrome de burnout. ¡Sigue leyendo!
El burnout o síndrome del desgaste profesional es una respuesta ante un estado de estrés crónico que presenta síntomas de agotamiento mental, emocional y físico derivados de la carga laboral. Suele darse en personas cuyo trabajo requiere una alta exposición y dedicación hacia los demás con jornadas extensas, altos niveles de responsabilidad y desgaste emocional, como pasa en el caso de los profesionales de la salud.
Es un proceso gradual en el que la persona que lo sufre va perdiendo la energía, la motivación y la ilusión en el trabajo que realiza y que afecta a su bienestar físico y emocional.
El síndrome de burnout puede tener consecuencias mentales serias, ya que genera una pérdida de energía, falta de realización personal y despersonalización, que pueden derivar en trastornos de la salud que influyen en el bienestar de las personas que lo padecen.
Entre los principales síntomas del síndrome del desgaste profesional se encuentran:
Agotamiento físico y mental: El cansancio y la pérdida de energía afectan al trabajo a nivel general con síntomas como fatiga crónica que puede derivar en un aumento de peso, pérdida de apetito, migrañas, dolores musculares, problemas digestivos, ansiedad, depresión o insomnio.
Despersonalización: Cambios en el comportamiento del trabajador mediante una actitud negativa como irritabilidad, indiferencia o deshumanización en sus relaciones laborales, tanto con compañeros como con pacientes.
Desmotivación laboral: Todos estos síntomas derivan en un descenso de la actividad laboral y desmotivación que generan frustración e insatisfacción como ausencias al trabajo o la falta de atención.
Existen algunas medidas preventivas que pueden evitar o disminuir el desgaste profesional.
Es imprescindible identificar cuáles son las causas que lo han producido y cómo está afectando al trabajador para establecer herramientas útiles o condiciones laborales que le permitan afrontar sus tareas sin estrés.
La comunicación asertiva es imprescindible y una pieza clave en un entorno de trabajo de bienestar para lograr prevenir el síndrome de burnout. Es importante que sea en un ambiente sosegado, sin discusiones y de forma tranquila.
Dar feedback constante para mejorar la satisfacción personal de los trabajadores. Es importante valorar los resultados y fomentar el reconocimiento, ya sea de manera pública, económica o simbólica con alguna medida creativa.
Trabajar el estrés y la ansiedad mediante apoyo psicológico, técnicas de relajación, respiración, promover la comida sana y el ejercicio físico.
Realizar actividades extralaborales para mantener al equipo motivado y fomentar la socialización como teambuildings, cursos de formación o seminarios.
Analizar la situación laboral e identificar tus emociones. Debes preguntarte cómo te sientes, qué te ha llevado a esa situación, qué puedes hacer al respecto y a quién puedes pedirle ayuda.
Evitar la sobrecarga laboral y poner límites. Es imprescindible organizarse y marcarse descansos en el trabajo. Establece prioridades para gestionar el tiempo, fija tus objetivos, planifica las actividades y descansa al menos 5 minutos por cada hora de trabajo.
Cuida la alimentación y evita saltarte comidas. Uno de los aspectos más importantes para que nuestro cuerpo se mantenga saludable tanto físicamente como mentalmente es cuidar la alimentación mediante una dieta saludable sin saltarse comidas o darse atracones. Si es un problema persistente, puedes acudir a un profesional para que te pueda ofrecer apoyo en ese sentido.
Desconectar después del trabajo. Dedica tiempo al autocuidado y disfruta del tiempo libre descansando o realizando actividades que te gusten para mantenerte activo.
Pide ayuda a tus amigos, compañeros o familiares. El apoyo psicológico y la comunicación es fundamental para superar el problema y sentirse mejor. Probablemente alguna persona de tu entorno se ha sentido igual alguna vez y pueda ayudarte.
Busca ayuda de un profesional. Si la situación afecta a tu vida, te recomendamos que pidas ayuda a un profesional que te ayudará a tratar el problema mediante técnicas de estrés y relajación.
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