Llevar un estilo de vida saludable y tener un sistema inmunológico fuerte es fundamental para que nuestro cuerpo esté preparado para defenderse ante posibles infecciones o enfermedades. Lo más pequeños están expuestos a numerosos gérmenes y bacterias, y, aunque es imposible intentar que estén siempre sanos y no se contagien, si podemos tomar algunas medidas preventivas para fortalecer sus defensas. A continuación, te recomendamos 5 hábitos saludables para reforzar el sistema inmunológico de los más peques.
Los niños tienen un alto nivel de energía que a veces es difícil controlar, hacer deporte durante una hora al día les ayuda a concentrarse y mejorar su rendimiento académico, además de prevenir enfermedades cardiovasculares y mejorar el sueño. Una de las cosas más importantes de esta hora de ejercicio, juegos o actividad al día ya sean extraescolares o con nosotros, es que los niños se diviertan y además los mantenemos alejados durante un buen rato del uso de las pantallas.
Es importante que esa hora que vamos a dedicar al ejercicio, en la medida de lo posible, la disfruten al aire libre. De este modo, los niños podrán recibir del sol la Vitamina D, exponiéndose directamente a este. Esta vitamina ayuda a nuestro cuerpo a absorber el calcio necesario para unos huesos sanos y fuertes, pero también regula el sistema inmunitario y el sistema nervioso central.
Tan importante como la actividad, es el descanso para los más pequeños del hogar. Después de disfrutar durante el verano de días más largos y sin horarios estrictos de sueño, volver a la rutina puede ser difícil, pero es prioritario. Los niños deben dormir entre 9 y 11 horas sin interrupciones para descansar correctamente. Lo que les ayuda en su crecimiento y favorece el aprendizaje. Además, llegarán al colegio descansados y preparados para rendir al máximo. El cansancio puede afectar al sistema inmune de nuestros hijos desprotegiéndolos ante los gérmenes y bacterias.
Antes de la llegada de la Covid-19 la importancia del lavado de manos era conocida, sobre todo en lo referido a los niños. Normalmente se ensucian las manos jugando o haciendo cualquier actividad, por lo que el lavado de manos antes de las comidas, después de ir al baño o la ventilación de su cuarto es esencial para mantener una buena salud y evitar contagios. La educación en la higiene debe empezar desde bien pequeños, ya que les ayudará a tener hábitos que les van a proteger de las bacterias y los gérmenes.
La alimentación es la base de una buena salud inmunitaria. Para los más pequeños es además su fuente de energía y desarrollo físico y mental, sobre todo en la época escolar.
El desayuno es la comida más importante, llevan horas sin ingerir alimentos y el cerebro necesita energía, los niños deben enfrentarse a una jornada de colegio. El desayuno debe cubrir el 25% de las necesidades calóricas diarias e incluir lácteos, cereales y fruta.
Si nuestros hijos comen en el colegio debemos revisar el menú y completar los alimentos ingeridos en su día, durante la cena. Frutas y verduras son protagonistas, acompañando a la carne, el pescado o el huevo, con grasas de buena calidad como el aceite de oliva virgen extra. Proteínas y carbohidratos mantienen la generación y reparación celular y un estado de energía óptimo. Las vitaminas como la A, C, E y el grupo B o minerales como el Hierro y el Zinc, les ayudan a reforzar el sistema inmune.
Para que la alimentación infantil sea completa, el consumo de probióticos ayudará a que su microbiota intestinal esté sana. Los probióticos, aunque son muy recomendados tras un proceso de gastroenteritis o un tratamiento de antibióticos, son un complemento perfecto que podemos encontrar en yogures naturales no azucarados, queso crudo o kéfir. También se pueden consumir en sobres o gotas como complemento alimenticio.
Estos 5 hábitos o rutinas saludables nos ayudarán a reforzar el sistema inmune de nuestros hijos para que afronten la vuelta al cole con un menor riesgo de contraer enfermedades.