Beneficios de los probióticos
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El aparato digestivo tiene una función primordial: descomponer los alimentos y transformarlos en los nutrientes que el cuerpo necesita para conseguir un correcto funcionamiento de nuestro organismo. Todos los órganos que componen el tracto gastrointestinal funcionan como un perfecto engranaje y cada uno tiene su función en el proceso digestivo. El problema comienza cuando uno de esos órganos no funciona como debería y se produce algún tipo de trastorno digestivo. En este artículo analizamos cuáles son los trastornos gastrointestinales más comunes en niños. ¡Sigue leyendo!
Uno de los trastornos más comunes y motivo de preocupación de los padres es el denominado cólico del lactante. Se trata de episodios de llanto inconsolable que duran más de tres horas al día durante al menos tres días a la semana y que aparecen sin motivo aparente en niños sanos y bien alimentados durante los cuatro primeros meses de vida.
Los síntomas que acompañan al cólico del lactante, además de un intenso llanto incontrolable, son rigidez en el tronco o extremidades, flatulencia o irritabilidad. Sin embargo, es importante acudir al médico en el caso de que vayan acompañados de palidez, sudoración, rechazo de las tomas, fiebre, escaso aumento de peso, síntomas respiratorios, vómitos o deposiciones con sangre.
Es importante mantener la calma, ya que si los padres están nerviosos pueden alterar más al bebé. Por tanto, lo primero que hay que hacer es intentar consolarle y averiguar si necesita algo (comida, sed, frío o calor). Si esto no funciona se puede probar a darle un baño relajante, un masaje suave, cambiarle de ambiente y posición o moverle con el carrito.
Se trata del retorno del contenido del estómago del bebé hacia el esófago. En ocasiones, este contenido llega a la boca y se expulsa con facilidad a través de un eructo, al contrario que los vómitos donde el contenido sale disparado con fuerza por la boca. Es un trastorno muy común y normal en los bebés hasta los 6 meses de vida, ya que el músculo que separa el estómago del esófago está inmaduro y hace que el lactante regurgite la leche, especialmente cuando está lleno.
Se debe consultar al pediatra cuando el bebé no aumenta de peso o tenga otras molestias asociadas.
La gastroenteritis es el trastorno digestivo más frecuente en niños. Se trata de una infección del tubo digestivo cuyo síntoma más común es la diarrea, aunque puede ir acompañada de dolor abdominal, vómitos, náuseas y fiebre. Los virus son la principal causa de la gastroenteritis en niños como el rotavirus o el norovirus, que son altamente contagiosos en espacios cerrados como la guardería o el colegio. Sin embargo, también puede estar causada por una bacteria como Salmonella, Escherichia coli o Shigella, entre otras.
Ante un episodio de gastroenteritis es importante mantener al niño hidratado y evitar alimentos de difícil digestión como las comidas muy grasas. Además, debido a las continuas deposiciones es importante recuperar el equilibrio de su flora intestinal con probióticos para niños como Bivos. Si se trata de un bebé lactante, no se le debe dejar de dar la leche materna o de fórmula. En caso de que los síntomas no mejoren, tenga fiebre alta, presente síntomas de deshidratación o tiene sangre en las heces o vómitos deberás acudir al médico lo antes posible.
La intolerancia a los alimentos se produce cuando el niño no puede consumir ciertos alimentos o nutrientes sin sufrir efectos adversos en su salud. Es decir, cuando un alimento no es asimilado por el organismo. Durante la infancia son comunes las intolerancias alimentarias debido a la inmadurez del sistema digestivo y a los procesos víricos e infecciosos que provocan una anomalía en la absorción de ciertos alimentos. Una vez que sea detectada la intolerancia a un alimento, el mismo debe excluirse por completo o reducirlo de la dieta hasta que los síntomas desaparezcan.
Es importante destacar que se diferencian de las alergias alimentarias, donde los síntomas aparecen tras tomar el alimento. En cambio, en la intolerancia alimentaria pueden aparecer hasta 72h después. Se puede manifestar de diversas formas tales como: diarrea, cólicos, digestiones pesadas, vómitos, dolor de barriga, erupciones cutáneas, pérdida de peso, dolor de cabeza o en las articulaciones.
Es una patología crónica del intestino delgado que afecta a las vellosidades intestinales, que son las encargadas de absorber los nutrientes de los alimentos, producida por la ingesta o exposición al gluten, que se encuentra en los cereales (trigo, cebada, avena y centeno).
Los principales síntomas de la enfermedad celíaca son diarrea, estreñimiento, náuseas o vómitos, dolor abdominal o pérdida de peso y puede afectar al crecimiento y desarrollo del niño.
Se produce cuando el organismo no produce lactasa, la enzima que descompone la lactosa (el azúcar de la leche) en azúcares más simples en el intestino delgado para que puedan ser absorbidos por el torrente sanguíneo. Cuando hay déficit de esta enzima, la lactosa se acumula en el intestino grueso y es fermentada por las bacterias intestinales produciendo gases, hinchazón abdominal, diarrea, vómitos o dolores estomacales.
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